O algo parecido al café bombón. Y como no es para tomar todos los días pues que mejor que para un Domingo otoñal y , si encima , coincide que en la nevera tienes un bote de leche condensada abierto, no necesitas nada más. Bueno sí, un café expresso. Me costó bastante acostumbrarme a la cafetera de cápsulas. Yo no la quería , era mi hija la que estaba empeñada en que la comprara y, no sé para qué , si en casa tomo café solo yo. Cuando llegó el día de la madre y su padre le preguntó qué regalito me harían , la criatura , ni corta ni perezosa, le dijo que la cafetera; no hubo más que pensar. Allí se me presentaron los dos con el artefacto y yo con cara de felicidad absoluta. Después de seis meses las capsulitas y yo nos llevamos mucho mejor y , hay días, que me deparan satisfacciones como ésta. Dos cucharadas de leche condensada Un café expresso con espuma Si no tenéis "espuma", un poco de nata semibatida hará la tercera capa, eso sí , con calorías extra pero......
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