Como una receta tan sencilla puede hacer que te explote la cabeza.
La berenjena, tan simple, sin nada más que una buena fritura y una mínima pizca de miel se transforma en una receta de gusto increíble.
Las comí por primera vez en Málaga y, desde ahí , en la cabeza para hacerlas en casa. Le pedí consejo a mi amiga Alicia del blog Olor a Hierbabuena, para cerciorarme del remojo previo de las berenjenas porque no siempre se usa leche (puede ser cerveza, agua con gas) pero llegamos a la conclusión de que mejor la leche porque lo otro podía transformarse en una especie de tempura y no es el caso.
Así que despejadas las dudas, elegimos bastoncitos para el corte de las berenjenas,, también puede ser en rodajas pero estábamos decididas a comer los bastoncitos a puro placer con los deditos como así fue (duran nada) así que si sois más de dos pon otra berenjena en la ecuación.
Ingredientes
- Una berenjena para dos comensales
- Leche
- Sal
- Harina
- Aceite
- Miel.
- Pela la berenjena o no, a tu gusto.
- Corta en láminas de un centímetro y luego en bastones. También puedes hacerlo en rodajas.
- Pon los bastones a remojo en leche media hora.
- Saca del remojo escurriendo un poquito.
- Pon sal a los bastones.
- Pon harina en un táper , mete algunos bastoncillos y agita el táper para que se impregnen bien.
- Saca, sacude el exceso y fríe en abundante aceite bien caliente.
- Saca a papel absorbente y emplata poniendo un hilo de miel por encima.
Como me gustan las berenjenas así, buen y sano picoteo para repetir, verdad? Gracias por confiar en mí (A veces...)
ResponderEliminarVa en mi naturaleza, jaja
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